Recuerdo el primer día como Eva me aseguraba que alcanzaría el objetivo que me había marcado y que comenzaríamos a trabajar. Uau! -pensé- que optimista que es, supongo que será porque siga haciendo las sesiones con ella. No niego que al principio fue duro, pues a menudo cuesta aceptar verdades y más cuando al principio vienen de una persona ajena, pero después de muchas reflexiones internas tenía dos opciones: dejar de vernos (total, nadie me obligaba) o continuar ya que había dado el paso más importante, atreverme y aventurarme, pues no había nada que perder, sino todo lo contrario, sólo podía ganar.

Las sesiones iban transcurriendo y es con el tiempo cuando me di cuenta de que si mi entorno estaba cambiando era porque yo lo estaba haciendo. El cambio y el poder lo tenía dentro de mí, ella sólo me ofreció unas herramientas y, todo y que no siempre le hago caso (soy terca) las cogí con mucho gusto.

Acepto que no siempre ha sido fácil, pero a día de hoy, cinco años y medio después, cuando repaso como era antes y como soy ahora me doy de cómo ha sido importante para mí su figura, del buen acompañamiento que me ha hecho y que me sigue haciendo. A menudo también hacemos encuentros grupales, esenciales para ser consciente de que no estamos solos /as y que las preocupaciones o las dudas menudo nos cuesta decir en voz alta y no son tan diferentes a los de los demás.

Compartiendo y haciendo debates interesantísimos salen a la luz reflexiones positivas sobre una misma. Recomiendo a todo el mundo ponerse en sus manos, aprenderéis más de lo que cree y aprenderéis a aceptar sus cosas buenas y sus cosas no tan buenas dando sentido a todo aquello que haga al día a día, a cómo enfocar o reenfocar la vida . Aprovecho este espacio para darle las más sinceras gracias por no juzgarme nunca, por estar siempre a mi lado, para empoderar me y para seguir enseñándome. Y que sea por muchos años más! El momento es ahora!